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Gloria y Emilio Estefan reciben a Obama en su casa de Miami

A pesar de la incomprensión de una parte del exilio cubano que tiene sus razones válidas para censurar el encuentro entre Gloria y Emilio Estefan y Barack Obama, éste fue una movida inteligente del exitoso matrimonio cubano-americano del que, además, nadie puede dudar de su vocación democrática y de su pasión por ver a Cuba libre de la dictadura castrista. Es un privilegio contar con cualquier gestión de los Estefan.

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com
Posted on April 16/2009

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En la tarde del 15 de abril del 2010 los automovilistas que conducían por el Dolphin Expressway 836 de Miami que corre paralelo al aeropuerto internacional de la ciudad, ralentizaron el tráfico ante la magnífica visión del Air Force One, el avión presidencial de los Estados Unidos, a punto de aterrizar allí. El presidente Barack Obama a bordo del aparato, hacía así una visita relámpago a la Florida. El mandatario acudía a la invitación de Gloria y Emilio Estefan, quienes organizaron en su bella mansión de la exclusiva Star Island en Miami Beach un cóctel de recaudación de fondos para el Comité Nacional Demócrata. El derecho a cubiertos era de más de 15 mil dólares por persona. Tan sólo el anuncio de la cita generó críticas y elogios.

El ala más conservadora del exilio en tanto que mayoritariamente republicana no ha visto con buenos ojos que el matrimonio cubano-americano, a pesar de sostener que no militan en ningún partido, le haya dado un espaldarazo a los demócratas y especialmente a Obama, quien según apreciación popular es el ejecutivo más liberal e izquierdista que ha conocido la Casa Blanca. Por otro lado, es sabido que la pose del actual presidente de los Estados Unidos hacia Cuba dista de la llamada línea dura que se apoya en dos pilares históricos: el mantenimiento del embargo económico contra La Isla y la no flexibilización de los viajes allá.

Algunos críticos del encuentro han establecido una conexión entre éste y la marcha en apoyo a las Damas de Blanco convocada por Gloria Estefan y efectuada en Miami el 25 de marzo, y ahora perfilan esa imbricación como un engaño y una manipulación de la pareja de la que creen que, además, finge imparcialidad partidista.

Enfocar la causa de la libertad cubana desde una perspectiva partidista es un error y es la lección que nos enseñó Jorge Mas Canosa y que hoy parece que hemos olvidado. Mas Canosa, mientras fue el chairman de la Fundación Nacional Cubano Americana, sin duda la organización de cubanos en la diáspora más fuerte y la más cercana al concepto de gobierno en exilio por la influencia que llegó a ejercer en los estadistas del mundo, siempre procuró aproximar a cualquier administración norteamericana al asunto cubano, sin importar su cariz demócrata o republicano. Ésa fue su filosofía práctica, de la que aunque naturalmente no todo el tiempo, sí obtuvo buenos resultados durante tres administraciones consecutivas: las de Ronald Reagan, George Bush padre y Bill Clinton.

Cada quien tiene derecho a sentirse insatisfecho con las posturas de otro, sobre todo si éstas, para su disgusto, no concuerdan con las propias o si se espera un apoyo de ellas… ¡exactamente el mismo derecho que justo tiene el otro a aquella actitud que mortifica al segundo!

De entrada, a los Estefan los asiste toda la razón del mundo para invitar a su casa a quienes les venga en ganas sin importar el motivo. Quizás Gloria y Emilio son demócratas, digan lo que digan. La intelectualidad, la academia y los artistas norteamericanos tradicionalmente son más demócratas que republicanos. Los Estefan no tienen una fábrica de jugo de manzana. Emilio le dijo el año pasado al periodista Jaime Baily en una entrevista en TV que había votado por Obama, y que creía en la necesidad de un “cambio”.

Según se supo una vez terminado el cóctel, apenas un par de horas después que Obama abandonara la residencia de los Estefan, llevaba en sus bolsillos $2.5 millones de dólares, monto proveniente de la donación del mas o menos centenar de asistentes al evento (el pelotero Sammy Sosa, un miembro de la acaudalada familia Fanjul y el empresario Hermán Echevarría estuvieron entre los presentes a tenor de lo trascendido). Mientras, la prensa local en inglés y en español reseñaba suscintamente la reunión informal, al tiempo que localmente en Miami se conocía que Gloria le entregó a Obama una carta de la madre de Orlando Zapata Tamayo, el prisionero de consciencia muerto por huelga de hambre en Cuba en reclamo a un trato humanitario de las autoridades castristas a los reclusos, y otra de Guillermo Fariñas, también en ejercicio de inanición por rebeldía, y juntos vieron fotografías de las Damas de Blanco. Hablaron de Cuba, de acuerdo a lo revelado por Gloria.

El hogar de los Estefan integraba una lista de más de 70 para llevar a vías de hecho el óbolo de correligionarios o de admiradores. Política aparte, no habría de existir cubano en lugar alguno del planeta que no se sintiese orgulloso de que la casa de Gloria y Emilio Estefan fuese la elegida…

El encuentro es plausible a pesar de sus costuras. Los Estefan han logrado una necesaria conexión directa de primer nivel con la Casa Blanca. Gloria y Emilio Estefan son dos figuras de talla mundial y destacan entre las cimeras del exilio histórico cubano. La ex-embajadora y analista política Ana Navarro, inteligente y de vibrante vocación republicana, señaló que un cóctel para recaudar fondos, en el que por rutina revuelan en torno a los invitados camarones en palito y tragos, no es el escenario óptimo para exponer al presidente de los Estados Unidos la situación de Cuba, ni ningún tema a político alguno… que eso, caramba, tiene su momento y lugar más apropiado, donde los oídos no sean bloqueados por el olfato y el paladar embobecidos al paso en bandeja de champiñones portobello bañados en queso azul. Tiene razón. Pero esta es una jugada de lobby, que no es más que un afinado llamado de atención.

Gloria y Emilio Estefan quizás tengan una proyección política respecto del caso de Cuba mas… ¿suave? Acaso se oponen al embargo, acaso sean partidarios de una flexibilización de los viajes y de un contacto más directo entre los cubanos a ambos lados del Estrecho de la Florida y, acaso —vaya usted a saber— hasta bendecirían alguna modalidad de diálogo con una parte de la nomenclatura de La Habana (hay que esperar a que ellos digan si son así). Pero NADIE puede negar la ferviente pasión patriótica de Gloria y Emilio Estefan por Cuba ni su antipatía por los hermanos Castro.

Los Estefan están conscientes de que el instante actual es crucial y que por una serie de características precisas y específicas, articula con la presidencia de Barack Obama y que resulta vital no desaprovechar tal coyuntura. Gloria y Emilio se han movilizado en esa dirección, aunque no hayan podido anticipar siquiera los ataques de gente común y de personalidades de las cuales tampoco se puede dudar de su amor por Cuba, o explicar convincentemente (los Estefan) por qué han decidido marchar en este sentido.

Gloria y Emilio no desconocen que la dictadura cubana vive una gran crisis política y moral, probablemente la última que sufra. El descrédito de la tiranía castrista es cuasi universal y ellos no han ignorado la responsabilidad que tienen —proporcional a su prominencia internacional—, de proyectarse sobre el caso Cuba. Por eso han establecido este puente con Obama, aderezado por un oportuno canelazo racial: Obama es el primer presidente afro-americano de los Estados Unidos. Y ocurre que en este momento la vanguardia lo mismo en la oposición activa como en el martirologio insular —Fariñas y Zapata respectivamente— es protagonizada por negros cubanos, paradójicamente objeto de la predilección de la propaganda política del régimen de La Isla a lo largo de medio siglo. Gloria y Emilio son cubanos de nacimiento, pero formados a la americana, por tanto tienen ese especial sentido anglo del timing. Este es el momento de actuar, y es lo que han hecho. Y, por favor, no olvide el pragmatismo —que ellos llevan en sí—, una condición que al parecer desconoce la mentalidad hispana y latina.

Quienes critican el encuentro Estefan-Obama lo miran a través del espejo, y la imagen virtual que el reflejo les devuelve del suceso les conduce a una interpretación errada: Gloria y Emilio no han convocado a Obama para darle. No, lo han llamado para pedirle. Y el sólo hecho de que el presidente haya accedido al contacto, rebasa el aparente anzuelo de la recaudación de fondos.

Los que conocen la política norteamericana saben que aceptar donaciones crea compromisos de atención ulterior en una primera etapa, y de recompensa en la segunda. ¿Qué por que no lo hicieron antes con Bush? Las circunstancias eran otras.

De nuevo, somos testigos de uno de los estados comatosos cíclicos de la Revolución Cubana cuyos síntomas llevan una severidad que tal vez no seamos capaces de medir en su verdadera magnitud. Acabar de desconectarle el respirador artificial al feudo de los Castro podría ¡por fin! terminarla. Esa es la ventana de lanzamiento que los Estefan están empleando y su empeño no debe ser criticado, sino aplaudido aún si algunos de los ingredientes de la receta con que pretenden cocinar un plato junto con Obama no sean del agrado de muchos. Ahora sólo resta ver los frutos de esta movida… o si el exilio cubano es timado de nuevo (incluidos Gloria y Emilio Estefan). Quiera Dios que así no sea...

 
El autor del artículo y editor de este website, está registrado como republicano, no votó por Obama y es partidario del manteniemiento del embargo.
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