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Una aventura a GRAN BAHAMA
a bordo del PINAR DEL RIO, de BALEARIA BAHAMAS EXPRESS

por Pepe Forte/editor del Canal de Viajes de iFriedegg.com
y conductor de AUTOMANIA, programa radial dominical
de Automovilismo por WQBA 1140 AM,
y EL ATICO DE PEPE por WAQI 710 AM
ambas emisora de UNIVISIÓN RADIO.


Todas las fotos son del autor,
excepto las identificadas con un punto rojo.

AL FINAL DEL ARTICULO SE INCLUYE UN INDICE
QUE CONDUCE A 4 REVIEWS POR SEPARADO
QUE COMPLETAN LA VISION DEL VIAJE, Y ESTOS SON:
• LA EMBARCACION POR DENTRO
• UNA TARDE EN EL WYNHAM VIVA
FORTUNA BEACH RESORT
• UNA VISITA AL GRAND LUCAYAN HOTEL, Y...
• UN RECORRIDO POR LA ISLA.

All rights reserved/Pepe Forte ©2013

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Quienes viven en Miami, Florida, y sus alrededores, ahora pueden beneficiarse de una nueva alternativa turística; visitar por unas horas Bahamas, rápida y económicamente, gracias al barco Pinar del Río de la línea marítima Balearia Bahamas Express.

Por cortesía de la naviera, el domingo 13 de enero del 2013 hicimos la travesía entre Fort Lauderdale y Freeport a bordo del ferry rápido que ejecuta el viaje entre ambos puertos y garantiza un día de excursión y asueto. Nos acompañó en la aventura un escogido grupo de representantes de la agencia turística Amerimía.

Balearia, con base en Denia, en Alicante, España, es la única naviera ibérica que une a la Península con las cuatro islas del Archipiélago de Las Baleares —Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera; de ahí su nombre—, y además hace enlaces diarios entre ellas. La compañía también opera en el estrecho de Gibraltar, con conexión al Norte de África, entre Algeciras y Ceuta y Tánger. A estas dos se suman otras 18 rutas de orientación nacional, para un total de 20.
Recientemente, Balearia decidió probar fortuna del otro lado del Atlántico, y así inauguró el enlace entre los dos puntos citados el 19 de diciembre del 2011 en que hizo su primera travesía, gracias a una sociedad con un inversionista local, la notable familia Capó, de origen cubano, establecida desde los años 60 en Miami, muy exitosa en los negocios y propietaria de la cadena de mueblerías El Dorado Furniture. Balearia comenzó en el Sur de la Florida con una primera embarcación, de nombre Pinar del Río, bautizada así porque los Capó son de esa provincia de Cuba.

A pesar de las sugerentes coincidencias, no es cierto que el Pinar del Río planeara hacer viajes con pasajeros entre el Sur de la Florida y La Isla. Son sólo rumores infundados.

El Pinar del Río es un catamarán, es decir, una embarcación que cuenta con dos quillas, lo que la hace más estable al navegar. Por tanto es ideal para las marejadas que pueden presentarse en el brazo de mar entre la costa oriental de la Florida y Bahamas. Justamente el día de nuestro reportaje, en pleno invierno, los vientos Este de entre 15 y 20 millas por hora generaron olas de 6 a 10 pies, y sin embargo el barco se movió poco. La fotografía a continuación de la lancha del Práctico del Puerto que enfrenta mar gruesa a nuestro lado da una idea de la altura de las olas aquel día, y sin embargo los pasajeros del Balearia no sentimos tales embates.

Según nos explicó el capitán David López en breve entrevista que le hiciésemos en el puente de mando, el Pinar del Río, de 74 metros de eslora, tiene una velocidad máxima de 32 nudos —unas 48mph ó 77kmh—, que desarrolla gracias a sus dos motores diesel Caterpillar de 4 mil kilovatios cada uno, y fue construido en Australia hace 18 años.
Dependiendo del tiempo, el ferry rápido cubre las 76 millas marítimas entre la Florida y Gran Bahamas en poco más de dos horas. En nuestro caso el viaje de ida duró 2 horas 40 minutos por los vientos que ya mencionamos, pero de vuelta, con éstos ya más menguados, el trayecto fue más breve.
Aunque el Pinar del Río de Balearia Bahamas Express funda su existencia en el turismo, es también una nueva y la más barata alternativa para los viajeros entre el Sur de la Florida y sus más cercanas islas vecinas hacia el Este, según nos explicó Pablo Avilés. Avilés, jovial y dispuesto, que nació en México de madre cubana y padre mexicano, vive en Miami desde su infancia y, a pesar de joven, es todo un veterano de la industria turística en la que ha invertido 15 años de su existencia. Pablo es el relacionista de BBE desde el primer día.
Fue él quien nos proporcionó una visita exclusiva por todo el barco para nuestro apetito de información, incluso a secciones de éste donde los pasajeros no tienen acceso, tales como la bodega en la cubierta inferior con capacidad para 90 automóviles...
...y la popa, desde donde pudimos contemplar los portentosos volúmenes de agua que sus propelas generan.
Gracias a la cortesía del Primer Oficial Jonás García que nos acompañó, y bajo cuyo ojo protector hicimos este tour especial por áreas restringidas de la embarcación, completamos nuesta visión de ella.

De acuerdo con lo que nos detalló Avilés, el Pinar del Río posibilita al pasajero de un solo día por tan sólo $99 dólares (mas impuestos) pasar cinco horas en Gran Bahama, lo que lo hace no sólo la vía de transporte más económica hasta allí, sino la más divertida. Un pasaje aéreo desde Miami a Bahamas cuesta mucho más que esto, sin mencionar sus incrementos de los que las tarifas aéreas se conoce como temporada alta. El precio del Balearia es inmutable todo el año. Por otro lado es, de la modalidad marina, la más veloz también. Cruceros de más porte que antes hacían esta ruta, demoraban 8 horas.

Divididos en dos secciones —Económica y Primera Clase—, el Pinar del Río cuenta con 463 asientos (75 los de primera, por el módico incremento de $30.00 dólares).

Las butacas en la clase económica —que cuenta con dos cubiertas—, son de todos modos amplias y comodísimas, y las filas de muy fácil acceso con gran espacio para las piernas, toda una quimera para un pasajero aéreo del presente, aún en primera clase nacional en cualquiera de las aerolíneas norteamericanas tipo Legacy. Además, está muy bien iluminada, como se aprecia en la imagen a continuación:

Un par de salones de estar con mobiliario tipo sala de casa y complementados con mesitas, se encuentran en un punto hacia la proa y otro en la banda de estribor o derecha del barco, aledaño a la cafetería, donde los pasajeros se pueden sentar a comer y a charlar.

El interior ofrece visualmente una mezcla de madera con alfombra y cristales, de una pulcritud impresionante. Y por añadidura parece de estreno; no refleja sus casi veinte años de explotación.

El silencio en cabina es sorprendente y, asociado a la estabilidad de desplazamiento, especialmente en bonanza, hace de la travesía a bordo del Pinar del Río una experiencia placentera.

Los pasillos de circulación dentro de la nave también son espléndidos en espacio.

Primera Clase está ubicada en la porción delantera del barco justo frente a la tienda, y está aislada por unas hermosas puertas automáticas de cristal, que destacan su categoría. El salón es anchísimo.
First Class dispone pues de una línea de enormes ventanillas que miran hacia la proa y al mar abierto. La misma vista del puente de mando, sólo que una cubierta debajo.
Los asientos allí son más anchos y cómodos, exactos a los de primera clase de avión, pero mucho más reclinables que en aquéllos.
Primera Clase tiene su propio bar y, al lado izquierdo del recinto, los pasajeros disponen de otra sala de estar con butacas y mesas para charlar o beber.

En cada extremo del gran salón cuelga una pantalla de video de 52 pulgadas, en que los pasajeros pueden disfrutar de una película.

En First Class en el Pinar del Río la comida no está incluida, pero a diferencia de en Economy, hay servicio de camareros que toman la orden y sirven. Importante también: a diferencia de los cruceros, donde las botellas de licor que se comprar en la tienda libre de impuestos no pueden ser consumidas a bordo, en el Pinar del Río sí se pueden destapar y disfrutar de ellas durante el viaje.

Para solaz de los pasajeros, el barco tiene un full bar, una pequeña cafetería que ofrece alitas de pollo, pizza, papitas fritas, dulces, café y bebidas no alcohólicas.
También, una tienda Duty Free —o sea, libre de impuestos— en la que se pueden comprar sobre todo perfumería, licores, tabaco y golosinas, con hasta el 60% de descuento.
Para los amantes del juego, el Pinar del Río es un mini-casino flotante que cuenta con 29 máquinas tragamonedas de multidenominación. No hay juegos de mesa porque el movimiento del barco, aunque leve, hace impracticable la actividad. Estas maquinillas están diseminadas en varios puntos del barco en la cubierta alta, algunas de ellas en pequeñas estaciones junto a las ventanas, con vista al mar.
Excepcionalmente nos permitieron salir a una cubierta exterior en el segundo piso hacia la popa desde dónde pudimos apreciar la velocidad a que viajaba el P del R, ya que dentro no se percibe. Empero todavía esta área no está abierta al público en espera de mejoras en pro de la seguridad en que ya se trabaja, y que una vez en uso apreciarán sobre todo los fumadores, pues la embarcación es smoking free.
Los pasajeros pueden traer a bordo su equipaje libre de costo siempre que éste sea del tipo carry-on —dos por persona—, y dejarlo ellos mismos en un compartimiento seguro ubicado en la cabina económica. Pero si carga más, por $25 dólares extra cada unidad, puede subir sin límite las valijas al barco. Esto es imposible en un avión, y por eso los viajeros frecuentes no turistas entre Bahamas y Fort Lauderdale prefieren al Pinar del Río antes que a cualquier vuelo.
Pero si todavía el usuario necesita mover más carga, por $150 dólares puede usar un contenedor tipo jaula que viaja en la bodega, y con una base cuadrada de 4.5 pies por lado y 4 pies de alto. Esta alternativa es la preferida por quienes comercian entre Bahamas y el Sur de la Florida

Empero, aunque como advertimos arriba el Pinar del Río, honrando su condición de ferry, puede transportar autos, por el momento no existe la posibilidad de que el turista lleve el suyo a la isla para turistear por su cuenta, y los ejecutivos de la línea creen que esto nunca será viable, entre otras cosas, porque en Las Bahamas se conduce por la izquierda. Pero quienes muden definitivamente un auto a cualquiera de los lados de la jornada, sí pueden usar ese servicio.

La nave parte de la terminal No. 1 del puerto de Port Everglades en Fort Lauderdale, donde tiene su propio embarcadero y sala de estar.

Y se aborda, como en los aeropuertos, a través de un corredor telescópico, que costó un millón de dólares.

Se zarpa a las 10:00 am y los pasajeros deben estar en la terminal antes de las 9 porque a esa hora cierra la registración.

Tras abandonar el corredor, el pasajero obtiene la primera vista cercana de lado del Balearia, hacia proa y hacia popa.

En cuanto a seguridad, el Pinar... cuenta con salvavidas para todos los pasajeros debajo de cada asiento, y balsas inflables para toda la capacidad del barco, respetando así las ordenanzas para enfrentar naufragio o cualquier emergencia.

De vuelta a la Florida, los pasajeros deben presentarse en el muelle de Freeport nunca después de las 6:30pm. Para el verano, se planea establecer la salida a las 9:00 am —por tanto con cierre de chequeo a las 8:00m—, y el regreso una hora antes también, de modo que con el cambio de hora la navegación en ambos sentidos será de día.

El viaje se realiza tres días a la semana, martes, viernes y domingos.

Como Balearia Bahama Express es la propietaria de sus propias terminales a ambos lados de esta ruta, los procedimientos de embarque y desembarque son expeditos.

Con el éxito de la primera ruta, Balearía está ampliando sus viajes en el área. Tan recientemente como el 1ro. de enero de este año arribó a Port Everglades una segunda embarcación, Maverick, tipo catamarán rápido también, pero más pequeña en porte y capacidad (357 pasajeros), que ya inició una nueva travesía desde el mismo puerto en la Florida hacia Bimini, los viernes, sábados y domingos.
La tripulación del Pinar del Río, como Balearia es una naviera española, habla toda castellano. Nancy Esmenjaud, la directora del crucero, cordial y dedicada, forma parte de esta esmerada tripulación y, poseedora de una magnífica voz, inclusó nos interpretó una canción:
Aunque en nuestro caso dispusimos de traslado especial, al llegar a Bahamas todo pasajero independiente puede moverse gracias al divertido transporte colectivo con una tarifa entre $5.00 y $7.00 dólares por persona, que lo lleva a la playa u hotel de su predilección.
Por otro lado, aunque como ocurre en cada lugar del planeta, como turista cada quien debe aplicar el sentido común, Bahamas es un sitio seguro con bajo índice de criminalidad. Y, muy atractivo: es territorio libre de impuestos.
Como el Pinar del Río está conectado con paquetes turísticos, tras desembarcar en el puerto de Freeport en Gran Bahamas, el turista puede beneficiarse de dos importantes hospedajes de la isla con los que trabaja dirtectamente la naviera: el Wynham Viva Fortuna Beach, y el Grand Lucayan.

El Wynham Viva Fortuna Beach, es el único de su tipo 100% all inclusive, un estilo de vacacionar predilecto de la gente en el Sur de La Florida, con cabañas próximas a la playa, semejante a lo que ofrece República Dominicana en Punta Cana y Bávaro Beach. Como su nombre indica, incluye todo: las comidas, las bebidas alcohólicas, las actividades de playa, etc.

La opción más tentadora es acomodarse en el Junkanoo Beach Club, más activo y juvenil, y a la vez más íntimo y con un gran sabor tropical.

En un nivel más alto se ubica el Gran Lucaya, (The Grand Lucayan) un portentoso complejo tipo resort, más opulento y de más precio, compuesto por un hotel de lujo de 8 pisos que ostenta una suite presidencial y townhouses cercanos al mar, tiendas y un casino.
Frente a la instalación se puede disfrutar de un atractivo Shopping Center de arquitectura caribeña y muy colorida, que mima al visitante con tiendas de varios tipos, souveniers, artesanía local y restaurantes de diversos estilos culinarios. Para visitar este agradable sitio se puede hacerlo como simple pasajero, sin necesidad de pagar un paquete turístico en las instalaciones citadas. Para eso también sirve el Pinar del Río de Balearia Express.

El Gran Lucaya también ofrece opcionalmente, un paquete all inclusive.

Ambos hospedajes se alcanzan a minutos del puerto. El Gran Lucaya es el más distante de los dos, pero también está muy cerca.

Balearia Bahama Express propone dos noches en el Hotel Flamingo que incluyen la transportación en el ferry ida y vuelta, por $149.00 por persona. Louie LeFevre, presidente de Amerimia, desgranó otros detalles de los paquetes, sin duda cautivadores y, sobre todo, muy asequibles monetariamente.

Para garantizarnos una visión global del viaje visitamos como parte del plan de exposición del negocio de Balearia, las dos instalaciones mencionadas. En cada una de ellas un representante local nos mostró las habitaciones y las facilidades y áreas de recreo. En Viva fuimos agasajados con un recibimiento especial y un delicioso almuerzo tipo buffet, que contemplaba muchísimos ofrecimientos.
El joven Gustavo, argentino, nos sirvió de guía en esta primera parada para familiarizarnos con la instalación.
Más adelante, Néstor Aibar, conocido íntimamente como Coco, un joven mexicano que es maestro de ceremonia y director de esparcimiento del centro turístico, insistió en que la isla es un sitio ideal para buceo en cavernas subterráneas, para la pesca, que posee magníficas playas —como Golden Beach—, y que se desborda en un sinnúmero de deportes acuáticos.
Además, por su ubicación geográfica, Bahamas dispone todo el tiempo de magnífico clima y agradable brisa. La mejor muestra fue nuestro viaje en enero, cuando el Norte del país estaba bajo una intensa ola de frío y fuertes nevadas.
La próxima parada fue a minutos de allí, en el Gran Lucaya, un nivel más alto en precio y lujos, sin duda una de las instalaciones turísticas más refinadas del área del Caribe, que se divide en un portentoso hotel con habitaciones élite y apartamentos supremos al borde de la playa. Para quienes deseen un fin de semana o más a más alto vuelo y comfort, ésta es su opción ideal.
En el recorrido por GL fuimos asistidos por el Director de Servicios Pedro Miller, muy profesional, y un gran conocedor del centro.
Gracias a él pudimos visitar la suite presidencial del Grand Lucayan y extasiarnos con su lujo y amenidades, y su magnífica terraza.
Este fue el capítulo final del viaje, que concluyó con una visita al casino del Grand Lucayan y un paseo por el centro comercial que queda al cruzar la calle frente al hotel, lleno de restaurantes, bares, heladerías y muchas tiendas de souveniers, donde se pasa un rato agradabilísmo.
De aquí partimos de vuelta al puerto al final de la tarde para retornar a Miami, pero no sin antes hacer un interesante alto donde se prepara la muñequería artística de Festival de Bahamas cada año.
Nuestra experiencia a bordo del Pinar del Río y las cinco horas en contacto con las instalaciones turísticas de Gran Bahama fueron reveladoras. El lector que desee experimentarla personalmente, debe consultar a su agente de viajes, para una alternativa rápida y económica, especialmente recompensadora para ese domingo o fin de semana en que todo lo que nos ofrece la ciudad nos aburre o nos resulta caro.
 
A CONTINUACIÓN, EL RESTO DE LOS CAPÍTULOS POR SEPARADO DE ESTE VIAJE, CON MUCHAS MÁS FOTOS.
PRESIONE SOBRE CADA UNO DE ELLOS PARA AMPLIAR SU VISIÓN DE LA EMBARCACIÓN, DE LAS INSTALACIONES, Y DEL PERIPLO EN GENERAL:
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