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Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com,
y conductor del programa radial semanal AUTOMANIA
que se transmite cada domingo de 12:00pm a 1:00pm ET
por WQBA 1140 AM, y de EL ATICO DE PEPE, de lunes a viernes
de 5:00pm a 6:00pm ET, por WAQI 710 AM,
en Miami, Florida, ambas emisoras de UNIVISION AMERICA

Posted on Feb.26/2014

Uno de los más importantes gestores de ese maravilloso fenómeno musical conocido como la guitarra flamenca y la guitarra española en general, Paco de Lucía, ha muerto el 26 de febrero del 2014 a los 66 años, sorprendiendo a más de una generación que le admiraba. El guitarrista se encontraba en la playa en un resort en Cancún, México, cuando le llegó la muerte a través de un fulminante ataque al corazón haciendo precisamente lo que mejor sabía hacer, tocar la guitarra, con la que en el instante deleitaba a su hijos.

Con el desconcierto que genera una pieza inconclusa, el guitarrista se desplomó sin previo aviso como lo hace la llegada de un terremoto, y un último acorde quedó en el aire, dejando huérfano al que habría venido detrás. La muerte perfecta a que aspira todo guitarrista…

Gitano en esencia aunque más por herencia, De Lucía, cuyo verdadero nombre en la cédula de identidad española era Francisco Sánchez Gómez, había nacido el 21 de diciembre de 1947, en Algeciras, en la provincia de Cádiz, en España. Era el menor de los cinco hijos del matrimonio de Antonio Sánchez con Lucía Gomes, cuyo apellido falto de la típica Z al final delata que era mujer portuguesa. Como en España uno da una patada en el suelo y salen decenas de Pacos con apellidos comunes, cuando el guitarrista comenzó a pensar seriamente en una carrera se rebautizó a sí mismo como De Lucía, justamente en honor a su madre.

Otros dos hermanos suyos también hicieron carrera musical, Pepe de Lucía, que nació en 1945 y es cantante y autor del vibrante género citado, y Ramón de Algeciras, guitarrista como Paco, que nació en 1938 y murió ya en el 2009. Con ellos dos Paco trabajó profesionalmente.

Paco de Lucía inició su senda musical como otros tantos que luego fueron figuras de relieve universal, muy temprano, de niño, tocando guitarra en las calles. Pero lleva escuela en su formación académica, impuesta por su padre, quien tocaba la guitarra y descubrió que su hijo tenía talento para ella pero, como todo chico, Paquito ni tenía mucha vocación tempranera ni muchísimo menos ganas de tocarla. Por eso desde sus 5 años el señor Francisco Sánchez comenzó a instruirlo severamente en el arte de las cuerdas rasgueadas a través de extensas sesiones de hasta 12 horas diarias, que probablemente más un placer fueron una penitencia para el chiquillo.

En un punto, viendo que el muchacho se desempeñaba bien, su padre lo llevó a un conservatorio para que recibiera clases exclusivamente de guitarra. No resultó en vano…

Por eso, algún biógrafo ha dicho que la relación en la música de Paco con su papá y los resultados finales para él, son parecidos a los de Mozart con su padre Leopoldo.

En 1958, Paco de Lucía se presentó públicamente, con todo éxito. Tenía 11 años. Como dice la manida frase, el resto es historia…

Con un modo muy peculiar de tocar, De Lucía es famoso por su mezcla de picados y rasgueados, una digitación que exige un virtuosismo divino y que a cambio entrega una vibrante sonoridad de acordes más que auditiva, cuasi visualmente tangibles por los oídos.

Su repertorio, en realidad de más sabor popular que clásico atendiendo a la naturelza del flamenco, ostenta títulos como “Ímpetu”, “Las Tarantas”, “La Barrosa”, y no puede dejar de ser citada su memorable “Entre Dos Aguas”, de 1975, con ese cautivador toque de rumba con que la viste el erotizante bongó invitado, seguramente su pieza más conocida.

De Lucía se apoyó en grandes compositores del estilo como Mario Escudero, Manuel de Falla y hasta Ernesto Lecuona, de quien hace magníficas interpretaciones de sus obras “Andalucía” y “Malagueña”, pero también escribió él mismo muchas de las piezas que tocaba.

En la obra de De Lucía funden los elementos árabes y moriscos con jazz y hasta rock, para un cóctel verdaderamente hechizante.

Durante un tiempo se hizo acompañar de Camarón de La isla, cantante flamenco que en realidad se llamaba José Monje Cruz, y compartió con guitarristas importantes de otros géneros como Al Di Meola y John McLaughlin. En 1977 los titulares de los periódicos del mundo reflejaron un acontecimiento insospechado: Paco De Lucía y Carlos Santana se presentaron en la Plaza de toros de las Arenas en Barcelona.

Resulta riesgoso asegurar que Paco de Lucía es el pionero de lo que por entonces fue una nueva exposición, un nuevo lenguaje del sonido flamenco con un sabor más pop y hasta rock en los años 60 y 70. Mas lo que sí resulta innegable es que The Gipsy Kings, Rumba Tres, y otros exégetas de la especie encontraron en él su estribo.

Paco de Lucía está registrado con tinta indeleble en la selecta nómina de los portentosos guitarristas españoles clásicos o flamencos como Andrés Segovia, Miguel Llobet o Carlos (García) Montoya. Con su último acorde, su propia muerte lo certifica expeditamente para el reacio salón de la fama de los bendecidos que elevaron a la máxima posición a esa tan a menudo rebelde criatura de cuerdas que se llama guitarra, y que, altanera, muy femenina allá en su alma, tantas veces se resiste a ser domeñada. Paco de Lucía fue uno de sus mejores maridos…