Feliz NAVIDAD con CHICAGO
(Recomendamos leer también los reviews de los discos de Navidad de Barry Manilow, Because it's Christmas, y A Gift of Love).
por PEPE FORTE
publicado en Mercado del Disco/Diciembre 2000

El Volumen 25 de Chicago desarma el argumento de que toda la música navideña se parece. Editado en 1998, el disco de Navidad de la banda es uno de los mejores de su tipo disponibles en el mercado hoy. Los discos de villancicos, de rigor en tantos cantantes y grupos, empero parecen incompatibles con el estilo de algunos. Tal habría sido ser el caso de Chicago que, sin embargo, sí logró la difícil fusión con ésta, una de sus grabaciones más auténticas.

Nace una superbanda
Fundada en 1966 como Missing Links, luego Big Thing y más tarde The Chicago Transit Authority, la banda finalmente acortó su nombre a “Chicago”, pues sus integrantes, con la excepción del pianista y vocalista Robert Lamn, que nació en New York, son naturales de La Ciudad de Los Vientos. Su line-up original —intacto por mucho tiempo—, estaba compuesto, además de Lamn, por el guitarrista y cantante Terry Kath; Peter Cetera, vocalista y bajista; Walter Parazaider, saxofonista; Daniel Seraphine, baterista; James Pankow, trombonista, y Lee Loughnane, trompetista.

Una de las bandas más notables y longevas de la historia del rock, desde 1969 Chicago ha editado más o menos un disco anualmente, el más reciente, el volumen No. 26*, en vivo, del 2000. Desde el vinilo debut, con melodías como Does Anybody Really Know What Time It Is? y Beginnings, Chicago colocó en la radio hits antológicos como la suite Make Me Smile y, entre el Volumen III y el VII, metió en los charts éxitos como Saturday in the Park; Just You’n Me; Call on Me, y la maravillosa I’ve Been Searchin’ Solong. La característica principal de Chicago era —y es— su bien empastada cuerda de vientos.

Chicago pierde el alma y la voz
Cuando James William Guercio, su productor fundador, hace mutis —en realidad, lo echaron—, y Terry Kath, jugando a la ruleta rusa se mata el 23 de enero de 1978, Chicago extravía el rumbo. Se nota en el próximo disco, el XII, que no pudo salvar ni un productor como Phil Ramone, quien por años trabajó exitosamente con una estrella como Billy Joel. La banda, desconcertada, da tumbos con los álbums subsiguientes, hasta que Peter Cetera emerge como líder y de la mano de la nueva adquisión, Bill Champlin, que trae a bordo a David Foster, la reacomoda a un estilo meloso con el Volumen 16. Baladas como Hard to Say I’m Sorry, y luego You’re The Inspiration (Chicago 17), definen nuevos beginnings: Chicago se aparta de su raíz jazz-rock, los vientos son relegados por los teclados —o empastados con estos—, y la guitarra protagoniza más, mientras las ventas se disparan... y Cetera descubre que puede hacer carrera en solitario. Abandona la banda. Y luego Seraphine... a pesar de lo cual Chicago se reorganiza y comienza una nueva era. Jason Scheff, hijo del bajista de Elvis Presley, es ahora el missing link, que sustituye a la voz de Cetera. Así, termina con cierto decoro la década de los 80 y comienza estable los 90, aunque los más rancios admiradores de la raíces de Chicago creen que la agrupación nunca más fue The Big Thing, y que no supervivió la muerte de Kath.

Volumen 25
En el Volumen 25, Chicago suena como en los old days: su núcleo principal —the horn section—, permanece en manos de Pankow, Parazider y Loughnane. Y Champlin y Scheff ya son voces definitivas. Clásicos como Have Yourself a Merry Little Christmas; Silent Night; White Christmas, y Little Drummer Boy, además de —oh, baby what a big surprise!—, una versión de “Feliz Navidad”, de José Feliciano, integran este álbum magnífico, que una vez más cuenta en la cubierta con el célebre logo de John Berg.

Chicago 25 es una alternativa distinta para celebrar con buena música el momento más hermoso del año. .

*Excepto el 1ero. (The Chicago Transit Authority); el 4to. (Live at The Carnegie Hall), y el No. 12, titulado Hot Streets, los discos de Chicago son definidos como volúmenes ordinales.

Nota final agregada al subir este review a iFriedEgg.com: En el 2004, fue lanzada una versión ampliada del disco de Navidad Vol. XXV de Chicago, que se titula What's It Gonna Be, Santa?, cuya sobrecubierta se ve encima. Dentro de ésta, la verdadera portada exhibe una imagen invernal de un bosque de abetos ante el cual, en el suelo cubierto de nieve, sobre ella aparece dibujado el afamado logo de la banda. Lamentablemente, ni el Vol. XXV original, ni su posterior edición ampliada, What's It Gonna Be, son fáciles de hallar ni siquiera en la temporada navideña en el mercado minorista de discos.

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