BACILOS contagia con CARALUNA

Entrevista: Pepe Forte

Publicada en Mundo del Disco/Noviembre 2002

Cuando creía que ya nadie se acordaba de aquello que de niño me hacían tragar de un tirón y apretándome la nariz por lo ácidos que eran —me refiero a los bacilos búlgaros— se aparecen esto bacilos de Miami que, por suerte, no son nada difíciles de deglutir. Jorge Villamizar, guitarrista y cantante de Bacilos, es el único del  grupo que conoció aquel engendro que decían que mejoraba la digestión y cortaba la gripe, y al que se debe el nombre de la banda.
  
   —Lo de bacilos, el nombre del grupo, se le ocurrió a éste —dice André López, bajista de la agrupación, apuntando a Villamizar que, mientras, pone cara, no de luna, sino del tipo que hizo una maldad.
  
   El caso es que estos bacilos —tampoco de Koch, gracias a Dios—, después romperse el alma como tantos tocando en fiestas y bares de Miami durante 6 años, pudo “reunir una plata” y hacer un disco al que le pusieron todas la ganas del mundo.

   “Después de varios intentos a principios del 99, logramos grabar un disco independiente, y luego fue que Warner se interesó en el producto. Con ese primer disco estuvimos dos años en promoción y ahora este es el segundo disco”, dicen.
  
   Y éste, es Caraluna.   
  
   Caraluna, que se pega desde el primer momento, contiene el single homónimo y “Mi Primer Millón”. Mientras, a mí se hace difícil escoger una canción favorita: tal es nivel de coherencia y sazón del CD en su conjunto que me atrevo a asegurar que, por momentos, me parece un Greatest Hits (espero que no hayan frito todos los huevos de la gallina aquí).
  
   Bacilos y su Caraluna son auténticos. No le hallo espíritu de copia por ningún lado, mas sí influencias deliciosas, y que se me antojan tan disparatadamente lejanas hoy como, por ejemplo, Men at Work. Tal vez la culpa del misterio esté en el cortocircuito de productores: Sergio George y Luis Ochoa, que nada tienen que ver uno con el otro, pero que ambos le metieron los dedos. Seguro que por eso es que “este disco tiene más malicia”, según Freire, el percusionista.
  
   Bacilos sabe que aunque su producto es de calidad, las cosas han cambiado.
  
   Hoy —dice Villamizar—, hacer música no es difícil; venderla, sí. La tecnología se cruzó con la manera en que la industria estaba establecida. Surge la forma de copiar música fácilmente a un nivel de calidad muy alto y más duradero, sin que degenere la copia. La gente que conoció bien el cassette sabe lo que digo. Por otro lado, hoy la radio opera mucho más con música vieja que nueva. Obviamente eso no ayuda, porque la radio siempre fue la publicidad del producto nuevo. Es difícil. En cuanto a la Internet, digan lo que digan, es una gran herramienta que lo que hay que hacer es  sacarle provecho.
  
   Mas, no creo que nada de ello sea motivo de preocupación para este grupo de primera línea. Y Caraluna, su disco, contagia. Para algo sus gestores son bacilos, ¿no?
                               
                                                

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