Alina, simplemente...

Entrevista y fotografía: Pepe Forte

Publicada en el semanario TRIUNFO en marzo/2004

Alina Fernández Revuelta, la conductora del programa radial "Simplemente Alina" de la WQBA 1140, habla de la significación del reciente cambio de horario del espacio, y de otros temas que se hacen ineludibles al dialogar con esta personalidad de los medios.

Cada quién lleva sus cosas por dentro. Pero lo cierto es que Alina Fernández Revuelta —historia vivida aparte—, respira calma, y es la misma frente al micrófono, que fuera de éste. De hablar pausado, carece del típico lenguaje gestual cubano, y más parece una mujer educada y entrenada en los rigores anglos del hands-to-yourself. Así mismo, sin estridencias y enfocada en los temas que aborda, lleva magistralmente "Simplemente Alina", el espacio que por los últimos años ha conducido en la WQBA 1140 AM, una emisora de Univisión Radio, que se transmitía de lunes a viernes de 11 de la noche a 1 de la madrugada, pero que desde el pasado 19 de enero se movió al horario de 8 a 9 pm.
   —Alina, ¿qué significa para ti este nuevo cambio de horario?
   —Para mí, ha sido como respirar aire fresco. Aunque la gente probablemente no lo perciba así, el horario que tenía era humanamente muy difícil, era muy tarde, me impedía ciertas actividades de mañana... por eso admiro cada vez más a Marta Flores, que lleva tantos años haciéndolo. Yo, no tuve ese aguante. Además, me ha dado la oportunidad de trabajar con otra dinámica y eso es muy interesante para mí.
   —¿Es más fácil una hora que dos?
   —La producción es distinta, toma siempre unas horas para preparar el programa. Ahora el programa es más de actualidades, aunque antes también lo era, pero era más como un espacio de compañía al oyente. Yo creo que este horario es más fácil, y es más fácil hacer el programa en una hora que en dos. Hay gente que peca de extensión, hay quien de síntesis; a mí me pega más la síntesis. Desde luego, ahora no me puedo recrear con algunos temas como quisiera hacerlo y lo hacía antes. La noche tarde, en la radio, tiene un encanto tremendo, no lo voy a negar, pero es muy castrante a nivel de vida para la persona que hace radio.
   —¿La audiencia es la misma?
   —En espíritu, sí. Sólo que el cambio de horario le funciona más a unos oyentes que a otros. Hay mucha gente que me dice que ahora no me puede escuchar, pero hay otra que me dice que ahora me puede oír mejor.
  

La entrevista transcurre al pie del Estudio No. 1 de la WQBA, apenas minutos antes de entrar a hacer su programa, cuando nos saluda un colega de la emisora que lleva un breve sandwich de vegetales en mano. Alina, que es vegetariana militante, y una mujer de marcada vocación por la Medicina y la existencia saludable, celebra, con su típica moderación para las pasiones, los "colores" del bocado. El incidente provoca la siguiente pregunta:
   —¿Por qué escribiste el libro sobre la anorexia?
   —En realidad, fue más un pretexto para decir que tenía dos libros publicados. Era más del interés de España, donde se publicó, porque allí la anorexia es casi un tema local, es un país donde hay miles de jóvenes afectadas por la anorexia, y entonces querían que escribiera del tema alguien que lo conociera. Pero en realidad, nada tiene que ver con alguna experiencia cubana mía al respecto, porque en Cuba, y te hablo estadísticamente, aunque el gobierno cubano ha ido a buscar los protocolos de tratamiento a hospitales y universidades, la enfermedad no existe como tal. Claro, en un país donde la media es el hambre... imagínate.
   —¿Y qué ha pasado con tu primer libro?
   —Aquel primer libro, mi autobiografía, fue demandado. De instancia en instancia en los tribunales españoles se pierde una vez, se gana otras, pero el caso es que una de las decisiones fue secuestrar el libro, y así se retiró.
  

"Alina, La Hija Rebelde de Fidel Castro" —título que ella misma habría preferido cambiar por otro—, es una excelente autobiografía, muy bien escrita, sobre su alucinante existencia en Cuba y su no menos dramático escape de La Isla.
   —¿Piensas escribir otro libro?
   —Mira, Pepe, escribir es un oficio neurótico, que te deja exhausta. A mí se me da muy bien escribir, pero ahora, no sé...
  

Quizás mañana no lo sea, pero todavía hoy es ineludible abordar "cierto" tema con Alina:
   —Cada vez corren más los rumores de la inminente muerte de Castro. ¿Cómo reaccionarías?  
   —Una nunca sabe cómo se va a sentir o a reaccionar, no sólo con eso, sino con cualquier cosa, hasta que las cosas ocurren. Yo soy una persona muy racional, así que intentaré ser lo más discreta posible. Creo que lo más conveniente sería no estar muy a mano... quisiera disponer de cierta privacidad, respeto. Pero lo que sí te puedo decir es que yo creo que para ese momento, a mí nadie me necesite. Yo me siento más necesaria para otras cosas, para seguir divulgado lo que ocurre en Cuba, para seguir haciendo mi labor de denuncia y de información, pero creo que el día que muera mi padre, nadie necesite de mí.
   —¿Te sientes como una típica exilada de Miami?
   —Sí, existe la sicología del exiliado, y en mi caso, la sicología del emigrante perpetuo... me he mudado de ciudad como cada tres años. Pero en cuanto a Miami, aunque inicialmente pensé que no iba a ser así, te digo que es el lugar donde mejor estoy, donde creo que mejor estamos los cubanos, de todos los lugares en los que podamos estar. Simplemente, porque es el lugar donde no tenemos que dar explicaciones...
  

Con el tema musical de su programa —el de "La Pantera Rosa"— pisándole los talones, esta mujer inteligente y exquisita, exenta de petulancias y vanidades, termina la entrevista, empuja la puerta del estudio con toda la calma del mundo —¡y hasta casi tardíamente!—, y se va al encuentro de lo que ha logrado y todo comunicador anhela: una audiencia fiel y afín que la admira y respeta. Ésa es, simplemente Alina...
  

 

  


 
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